sábado, 6 de abril de 2013

El ídolo tardío

Willy Caballero saboreando las mieles de su gran temporada


Como si de un sueño se tratase, la llamada del Málaga supuso una bocanada de aire fresco. De tanto repetirlo, al final consiguió hacerlo realidad. Ni siquiera un Mundial sub 20 con Argentina, y un Oro Olímpico en Atenas le ayudaron a dar el salto. Y con casi 30 años, su debut en la primera división española sería por todo lo alto. El Villarreal iba a ser testigo directo, y dos lesiones fueron las culpables de que todo se cumpliera.

Tras una carrera llena de obstáculos, el fútbol por fin sonríe a Willy Caballero. Habitual suplente del gran “Pato” Abbondanzieri en sus inicios en Boca Juniors, el portero decidió recalar en 2004 en el Elche, donde apenas contaría con 10 oportunidades en toda la temporada. Fue entonces cuando la desgracia aparcó todos sus sueños. Era 2006, y a su hija Guillermina le detectaron un cáncer de retina. "Fueron seis meses muy duros. Decidí dejar el fútbol. Volví a Argentina para no jugar, donde firmé por Arsenal, pero no participé en un solo partido".

Con una clara mejoría en su hija, Caballero decidió volver a España para ser una de las claves del Elche que tan cerca estuvo del ascenso. Considerado durante años el mejor portero de la Segunda División, nadie supo captar un talento que el Málaga guardaba en la recámara, y que únicamente las lesiones de Rubén y Asenjo hicieron posible.

Buque insignia del Málaga

Hoy, el arquero es piedra angular de un Manuel Pellegrini que confía ciegamente en él. Una confianza que se ha ganado a pulso,con la sobriedad, y personalidad que él mismo proclamó en su presentación. Ya en el comienzo de su segunda temporada consiguió batir un record para convertirse en el portero que más minutos ha conseguido mantener su portería a cero en el conjunto malacitano, situándolo en 479.

Con La Rosaleda coreando su nombre en cada partido, Willy es el principal responsable de que el Málaga llegue a Dortmund con opciones de pasar a semifinales. El argentino es, junto a Buffon, el portero con menos goles recibidos en la UEFA Champions League. Capaz de llegar a cualquier balón, está demostrando que en La Costa del Sol no se equivocaban con su fichaje.

Es todo lo que un día quiso ser. Igual que Abbondanzieri, se está convirtiendo en un ídolo. Hoy todos los niños malagueños quieren ser Caballero. Su hija Guillermina, totalmente curada, irradia felicidad a la familia. Con el portero rozando con los dedos la convocatoria de Sabella, el sueño prosigue.

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