El 3-0 logrado en el Santiago Bernabéu tras el partido de
ida hacía presagiar un fácil encuentro para el Real Madrid en el siempre difícil
Turk Telecom. Tal era la superioridad futbolística entre ambos equipos vista en
el coliseo blanco, que hasta hombres clave en el entramado madridista como Xabi Alonso o Sergio Ramos forzaron la amarilla que les permitiría pasar limpios a
semifinales.
Y el comienzo de partido parecía indicar que así era. Un
tempranero gol de Cristiano Ronaldo ponía la eliminatoria más de cara si cabe
para el conjunto español, obligando al Galatasaray a la hazaña de lograr cinco
goles si querían continuar vivos en la máxima competición.
Un Real Madrid dormido en la segunda parte
Al descanso todo parecía resuelto. Hasta los propios
jugadores del Real Madrid lo vieron hecho, y eso dio vida a los otomanos. Un
mal arranque de segunda parte, con 15 minutos en los que los jugadores
madridistas parecieron desaparecer del partido, provocó la reacción turca. Tres
goles rápidos, obra de Eboué, Wesley Sneijder y Drogba, y la eliminatoria nuevamente
en un puño.
En ese momento el estadio turco comenzó a creer en el
milagro. El tramo final se convirtió en un auténtico infierno para los blancos,
que no se podían creer que el Galatasaray se encontrase a solo dos tantos de conseguir la
machada.
Finalmente, Jose Mourinho movió el banquillo y dio entrada a
Raúl Albiol y Benzema, el equipo se repuso y controló la situación para, a
escasos minutos del final, lograr el gol que daba la tranquilidad y certificaba
una clasificación que vuelve a colocar el nombre del Real Madrid entre los
cuatro mejores del torneo continental. El sueño de la Décima sigue vivo...

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