miércoles, 3 de abril de 2013

La cuerda se tensó hasta que se rompió

En esa frase podría resumirse la relación existente entre Sebastian Vettel y Mark Webber. Desde que ambos pilotos aterrizaron en la escudería Red Bull, digamos que las condiciones y el trato fue el mismo. No obstante, a medida que el joven alemán iba demostrando sus habilidades en pista y forjando una carrera que pasaría a ser leyenda, los favoritismos fueron evidentes.

Cada vez que la escudería de Milton Keynes tenía que probar alguna parte nueva en el monoplaza, siempre empleaba el Red Bull de Sebastian Vettel. Por otro lado, como ocurre en cada equipo, Red Bull también cuenta con un piloto número uno y otro número dos, que normalmente suele servir de escudero a su compañero. Pues bien, sin quitar mérito a lo conseguido por Vettel, el alemán fue escalando peldaños en la jerarquía de la escudería hasta alcanzar el escalón más elevado. Junto a Red Bull, Vettel ha logrado tres títulos mundiales consecutivos, y en el equipo saben que a día de hoy forman un binomio prácticamente indestructible.

Pero eso es algo distinto. Centrémonos en lo deportivo. El primer roce entre Vettel y Webber apareció en Estambul, durante la celebración del Gran Premio de Turquía 2010. Los dos pilotos estaban luchando por ganar una posición y, tan tremenda fue esa pugna, que ambos monoplazas terminaron tocándose entre ellos. ¿El resultado? Sebastian Vettel se quedaba fuera de la carrera y su compañero continuaba, aunque finalmente también abandonó el mismo Gran Premio. Desde ese momento, la relación de ambos ya osciló bastante y se abrió una brecha en la que parecía ser una muralla inexpugnable.


A partir de entonces, los pequeños roces entre los pilotos han sido evidentes, y el equipo siempre ha abogado por un trato equitativo para los dos jóvenes. Sin embargo, Vettel siempre ha sido el que ha salido beneficiado en la pista, tanto a nivel estratégico como a nivel de implantación de mejoras. Mientras, la bomba iba cubriéndose de polvo en una esquina, esperando su momento ideal para estallar.

Y ese momento llegó este año, en concreto en el Gran Premio de Malasia, celebrado en el circuito de Sepang. La carrera estuvo dominada casi desde el principio por Webber: el australiano demostró tener buen ritmo y pudo mantener a su compañero detrás de él. No obstante, cuando llegó el momento de la última parada en boxes, el equipo le comunicó por radio a Vettel que mantuviera su posición y que aplicara el código 'Multi 21' (este código indica que el coche número 2 debe permanecer en pista por delante del coche número 1), por lo que no debía adelantar a Webber bajo ningún concepto.

Pero lo que el alemán hizo fue todo lo contrario. En un intento fugaz por conseguir la victoria, Vettel ignoró por completo las órdenes de equipo y adelantó a Webber. El australiano mantuvo la posición el mayor tiempo posible, dedicándole una peineta al Campeón cuando este le adelantó. Os podéis imaginar lo que ocurrió después: Webber no quería salir al podio para recibir el trofeo tras terminar en segunda posición, aunque finalmente le convencieron. Pero antes de que los pilotos salieran al podio, Webber le echó en cara a Vettel su comportamiento en la pista. He aquí la prueba:


Y ahora, este tema está dando mucho de qué hablar. Que si pueden sancionar a Vettel, que si el equipo le defiende a muerte, que si Webber iba o no a correr en el siguiente Gran Premio, etc... De todo esto, nada se ha confirmado de forma oficial. Es cierto que Christian Horner, jefe del equipo, comentó en su momento su enfado por la actitud de Vettel en Malasia, pero Red Bull está lejos de castigar a un piloto que, a día de hoy, les proporciona victorias y títulos año tras año. No se sabe aún si finalmente el equipo decidirá imponerle un castigo al joven alemán, pero lo que se sabe a ciencia cierta es que Webber está cansado de ser siempre el escudero de turno y de tener que agachar la cabeza cuando Vettel pasa por la pista. El australiano ha llegado a su límite y no creo que esté por la labor de echar un cable a su compañero cuando este le necesite.

Pablo Grau

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